Contemplar es la suma de mirar, pensar y reflexionar

Siento una necesidad de mirar con atención las realidades de la vida para poder percibir, tanto fuera como dentro mío, la profundidad de la existencia y el misterio de su creación. Se que no es fácil abrirse a la búsqueda del ser; de la verdad y de la justicia; del bien, de la bondad y de la belleza; y, sobre todo, abrirse al Amor que es el quicio de la creación y de toda la existencia. No es fácil empezar, pero es necesario re-encontrar el Camino para vivir cara a Dios, amando a nuestro póximo y haciendo y promoviendo el bien en nosotros, en nuestra familia, en nuestra sociedad y en nuestra patria.
Buscar constantemente a Dios y tratar de encontrarlo en la realidad de nuestro prójimo, es una disposición del corazón que tenemos que pedir siempre.
Solo así podremos contribuir con nuestro granito de arena para cambiar el mundo materialista que hoy nos toca vivir...

viernes, 1 de junio de 2012

UN FIN DE CICLO Y LA INCERTIDUMBRE DEL FUTURO


No suelo hablar de economía pero hoy creo necesario hacerlo. Todos sabemos que hay un problema con el dólar pero no sabemos concretamente cuál es el problema en sí.

El tipo de cambio vincula el valor de la moneda doméstica (peso) con la moneda divisa (dólar). Esta relación determina muchas otras relaciones en la economía, casi todas referidas a los llamados precios relativos, es decir, determinar que es más barato o más caro en la Argentina en relación con los precios de los bienes y servicios que se producen en el resto del mundo. Por ejemplo, los autos, las computadoras, etc. Si el dólar vale poco con respecto al peso, los productos importados son baratos y los nacionales son más caros.
Esto que a primera vista parece "muy lindo" tiene un grave problema: Si los argentinos compramos los productos importados, los productos nacionales quedan sin vender y las fábricas deben cerrar con la consiguiente pérdida de empleos, lo cual -a su vez- acarrea un aumento de la pobreza.
El cuadro de relaciones es mucho más complejo pero, con el ejemplo, se puede ver que existe todo un efecto dominó (o cascada) que se deriva de la correcta fijación y mantenimiento del tipo de cambio para el desarrollo de la economía en condiciones de equilibrio a corto y mediano plazo. De más está aclarar que esto es válido para cualquier país con una tasa de inflación baja, ni que hablar cuando se trata de un país con una inflación que se ubica entre las tres mayores del mundo. La inflación, sin alteración del tipo de cambio, produce un efecto muy malo para la economía: Torna barato al dólar y estimula a las personas a comprarlo como moneda de ahorro. Este pasaje del peso al dólar no es dolarización de la economía sino protección del ciudadano frente al espolio que hace el gobierno vía inflación.
Hoy estamos frente a este problema: La gente quiere dólares para protegerse y el sistema financiero no los tiene. Entonces, la tensión es grande y la solución muy difícil porque se ha llegado a un punto en que, cualquiera que ella sea, producirá efectos negativos en el corto plazo, sobre todo en los sectores medios y en los de menos poder adquisitivo.
De todas maneras, es necesario que se recupere el tipo de cambio de equilibrio (valor correcto del dólar) para salir de este entuerto y tratar de sacar la economía adelante en medio de esta "tormenta mundial". A tal fin, hay que diferenciar dos escenarios:

1) Si el gobierno gozase de la confianza del público, el tipo de cambio podría ser fijado de una manera aproximada (más arriba o más abajo) del valor al que debería estar el dólar conforme, por ejemplo, en la diferencia de tasa de inflación entre EEUU y Argentina o cualquier otro parámetro.

2) Si el Gobierno no goza de confianza, es decir, nadie le cree, el valor del dolar solo puede ser aquel que el Banco Central podría defender con posibilidades de éxito. Es decir, volver de hecho a una convertibilidad transitoria, para generar la confianza que se ha perdido en el peso.
Esta diferencia es un tema importante ya que cuando el público confía en la capacidad de las autoridades para conducir la política económica se necesitan menos dólares para respaldar al peso que cuando hay desconfianza ya que, en este caso, el único respaldo del peso es el dólar y no las palabras del gobierno,...mucho menos sus medidas de fuerza que, en términos económicos, lo debilitan más.


La confianza perdida: Este es el problema de fondo en este nueva escalada de una crisis económica que se insinuó con timidez en 2006 y que se ha venido manifestando cada vez más, año a año, hasta el presente. Creo que hoy estamos frente a un fin de ciclo y la incertidumbre, incluso el miedo,nos ha empezado a invadir a todos.